Hacía tiempo que no escribía pero desde finales de enero inicié la
preparación para el ironman de Vitoria que se celebrará este mes de julio. El
planning es de 24 semanas y ahora mismo me encuentro en la semana 13, es decir,
ya he pasado el ecuador del plan. Ahora mismo empieza la carga de bicicleta y
ya pasé la de natación en la que alguna semana me planté en 13 km semanales de
natación. Después vendrá la carga de carrera y mientras tanto tengo planeadas
varias pruebas de preparación. El día 4 de abril participé en los 20k de Siete
Aguas, una prueba de fondo en su mayor parte de asfalto pero con un recorrido
exigente por sus desniveles. Mi intención era hacer un rodaje y probar
sensaciones puesto que después de todo lo que he pasado de lesiones no arriesgo
lo mas mínimo. Corrí de menos a más y terminé en un nada despreciable 1:41h con
muy buenas sensaciones.
El domingo 19 también participe en mi quinta edición del Mamova
(Maratón de Montaña de Valencia) 42.5 km con un desnivel acumulado de 4.300
metros y positivo de 2.300 metros. Era una forma de probar resistencia de cara
al ironman y desde luego no dejar de participar en una prueba que he hecho en
todas sus ediciones. Hasta el km 13 donde se subía a su cota más alta (1.500 m)
fui de maravilla adelantando muchas posiciones, sin embargo a partir de ese
punto se empieza a bajar de forma drástica y mi rodilla lo sabe, a pesar de mi
cuidado sufro una caída que me deja tocado pero más tocado me deja la
brusquedad de la bajada y empiezo a sufrir dolores musculares en cuadriceps y
contractura en los gemelos sobre el km 17 y tengo que bajar el ritmo. El
recorrido se me hace eterno y pienso en abandonar si la cosa va a peor en el km
21 en el que se pasa por meta ya que los siguientes 21 km son muy duros ya en
condiciones normales con lo que en mi estado puedo ir arrastrándome. No
obstante paso el km 21 por debajo de 2:40h (el que había ganado la media maratón hizo 2:21h) y decido continuar y acabar.
Perdí mucho tiempo y posiciones a partir de ahí puesto que mis piernas habían
dicho basta. Sobre el km 33 me hago un bastón con un pequeño árbol quemado y me
es muy útil para afrontar la parte final (desde el km 35) en que se suben
dos cortafuegos impresionantes. Finalmente llego con 6:50h y muchas heridas de
guerra pero nada grave, mi rodilla se ha portado fenomenal.
Ahí van unas fotos y un video de la llegada. Paisajes impresionantes.
El próximo reto serio es el medio ironman de Sagunto-Canet el 9 de
mayo que me servirá de test para ver la asimilación de los entrenes para el IM.
Pero eso lo contaré en la próxima entrada.
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